martes, 22 de octubre de 2013

La virtud de la mesura - Octubre 22

“En los tiempos que corren parece ser que se ha ido gestando un nuevo tipo de sociedad en la que el consumismo es el núcleo moral de la vida. Hoy todo está sometido a la lógica de un mercado que tiene como nota preponderante la seducción, de ahí que lo lúdico y lo estético pretendan operar hoy en día como ejes integradores de la cultura. Embellecerse exteriormente y divertirse han devenido deberes, tanto que la gente suele sentirse avergonzada de trabajar mucho y no gozar más, de no disponer de más tiempo libre para disfrutar más, con lo cual resulta evidente que seguimos viviendo bajo el signo de la desmesura: en la modernidad vivimos para trabajar, hoy trabajamos para consumir.

Lo anterior nos permite ver que una de las tareas más urgentes de la actualidad consiste en descubrir el valor ético del trabajo e impedir que la cultura materialista disuelva su potencial humanizador y lo degrade a un simple medio para conseguir recursos económicos para consumir. En otras palabras, es preciso descubrir que a través de nuestras labores cotidianas nos podemos realizar personalmente y convertirnos en edificadores de una sociedad más humana y más justa. Por eso uno de los aprendizajes primordiales es  procurar que el trabajo diario deje de ser una "tragedia cotidiana" y se convierta en una "sonrisa cotidiana", como dijo alguna vez el Cardenal Albino Luciani, pero para ello será preciso que accedamos a la virtud de la mesura, que aprendamos a vivir equilibrada y sosegadamente, que le dediquemos el tiempo justo al trabajo, para que las otras facetas de la vida no sufran el deterioro producto de  una desordenada dedicación a nuestras ocupaciones profesionales. Eso significa que hay que aprender a trabajar, pero también a descansar y a brindarnos la oportunidad de embellecernos interiormente por medio de la lectura, de la buena compañía, del compartir con la familia y los amigos, de un paseo en silencio, de la audición de una hermosa composición musical, de la oración y de tranquilos esparcimientos, para encaminarnos hacia la felicidad".
Luis Fernando Fernández Ochoa
Comité de Ética y Bioética – CUB


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