Papa Francisco: Todos somos como una mujer
adúltera ante Dios, Él nos salva y pide conversión
VATICANO,
13 Mar. 16 / 06:18 am (ACI).- El Papa Francisco comentó el Evangelio de este
domingo en el que se narra el episodio de la mujer adúltera, “poniendo a la luz
el tema de la misericordia de Dios, que no quiere nunca la muerte del pecador,
sino que se convierta y viva”.
“Él es la
gracia, que salva del pecado y de la muerte”, subrayó. “Dios no nos clava a
nuestro pecado, no nos identifica con el mal que hemos cometido” sino que “nos
quiere liberar, y quiere que nosotros también lo queramos junto a Él. Quiere
que nuestra libertad se convierta del mal al bien, y esto es posible con su
gracia”, dijo desde la Plaza de San Pedro.
Francisco
explicó que a Jesús “le tienden una trampa” aquellos que le preguntan qué hacer
con la mujer. “Si Jesús siguiera la severidad de la ley, aprobando la
lapidación de la mujer, perderá su fama de manso y bondadoso que tanto fascina
al pueblo; si en lugar de eso quiere ser misericordioso, deberá ir contra la
ley, que Él mimos ha dicho no querer abolir sino cumplir”.
Jesús con
su respuesta al inclinarse y escribir con un dedo en la tierra “invita a todos
a la calma, a no actuar por la impulsividad, y a buscar la justicia de Dios”.
“Pero los
otros insisten y esperan de Él una respuesta”, recordó el Papa. “Entonces Jesús
alzó la mirada y dijo: Quién de ustedes no tenga pecado que tire la primera
piedra”.
“Esta
respuesta ‘desplazada’ a los acusadores, desarmándoles a todos en el verdadero
sentido de la palabra: todos depusieron las ‘armas’, es decir, las piedras
preparadas para ser arrojadas, las que eran visibles para esa mujer, las
ocultas contra Jesús”.
"¡Cuánto
bien nos hace ser conscientes de que también nosotros somos pecadores!. Cuando
hablamos de los otros, porque todos hacemos esto, cuanto bien nos hará tener la
valentía de hacer caer por tierra las piedras que tenemos para arrojar contra
los otros, y pensar un poco en nuestros pecados", añadió.
Finalmente,
se quedan solos la mujer y Jesús: “la miseria y la misericordia, una frente a
la otra”. Y "esto cuantas veces sucede con nosotros cuantos nos detenemos
en el confesionario".
La mirada
de Jesús “está llena de misericordia y de amor, para hacer sentir a esa persona
–quizás por primera vez- que tiene una dignidad, que ella no es su pecado, que
puede cambiar de vida, puede salir de sus esclavitudes y caminar en un camino
nuevo”.
El
Pontífice señaló entonces que “esta mujer nos representa a todos nosotros,
pecadores, es decir, adúlteros delante de Dios, traidores de su
fidelidad". Y "su experiencia representa la voluntad de Dio para cada
uno de nosotros: no nuestra condena sino nuestra salvación a través de Jesús”.
Fuente:
Aciprensa
No hay comentarios:
Publicar un comentario