Con la Semana Mundial se conmemora la Declaración de Innocenti, formulada por altos cargos de la OMS y el UNICEF en agosto de 1990 con el fin de proteger, promover y respaldar la lactancia materna.
En el siglo XXI, amamanta donde sea, cuando sea!
A fin de transformar la lactancia materna en un comportamiento
normativo, es preciso derribar los obstáculos más importantes que impiden a las
mujeres decidir por sí mismas si quieren amamantar y durante cuánto tiempo.
Entre estos obstáculos se cuentan la influencia de las prácticas culturales, la
escasa orientación y el magro apoyo que ofrecen los hospitales y los servicios
de salud, las prácticas inapropiadas de comercialización que utilizan los
fabricantes y distribuidores de las preparaciones para lactantes y otros
sucedáneos de la leche materna, y la ausencia de protección de la maternidad y
de programas que abogan por la lactancia materna en el lugar de trabajo.
Una práctica cultural perjudicial está ligada a las presiones,
tanto explícitas como implícitas, que imponen que no se debe amamantar en
público. Muchas mujeres no se sienten cómodas para amamantar en público debido
al ostracismo social que surge con demasiada frecuencia cuando lo hacen. Para
superar este obstáculo, las madres deben sentir el apoyo social necesario para
sentirse cómodas al amamantar a su bebé cuando éste lo desee, dondequiera que
esté. Sea que esté en su hogar o en público, debe sentirse cómoda para
amamantarlo cualquiera sea el sitio o el momento en que el bebé tenga hambre o
necesite consuelo. Amamantar de esta manera transmite un mensaje claro y
convincente a su familia, la comunidad y la sociedad de que la lactancia
materna es natural, y ayuda a reestablecer en algunos entornos, y a incorporar
en otros, la lactancia materna como un comportamiento normativo de la mujer
moderna.
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