Los seres
humanos nos encabezamos en querer acumular todo en la vida. Acumulamos
sentimientos, acumulamos bienes materiales, rencores, trabajos, sueños,
pensamientos y un sin fin de cosas, que pasado el tiempo, si las tuviéramos que
cargar en la espalda estaríamos aplastados bajo tierra.
Comenzar
de cero no es tirar y maltratar todo aquello que has vivido y creado en tu
vida, sino aprender a desprenderse de las cosas en tu vida, con el fin de
volver a hacerlas y crearlas con la experiencia del pasado. Y así fluir más en
la vida y en el camino.
Volver a
empezar un experimento, un amor, una canción, una relación de amistad, una obra
maestra, un plato de cocina.
También
son un sinfín de cosas que podemos rehacer y volver a crear para así cada vez
hacerlas desde cero y mejor.
Pensar
que tu vida ya está hecha, que ya no hay vuelta atrás, tal vez sea un
pensamiento que te lapide en vida.
Hay una
historia que dice así:
Había un
joven en medio de un bosque caminando y buscando la salida de esa frondosa
espesura y montaña. En el camino se encontró un río, el cual tenía que cruzar
para poder seguir su ruta.
Buscó y
pensó formas para cruzarlo, pero la única que resultaba viable era construir
una balsa (pequeño bote) para así afrontar esos caudales y cruzar el río en
vida sin ahogarse.
El joven
trabajó día y noche durante algunos días y tras un laborioso y costoso trabajo,
por fin consiguió su propósito. (Fabricar la barquita que le daría la
posibilidad de cruzar al otro lado y así poder salir del bosque).
Bueno el
joven cruzó y al llegar al otro lado, se dijo así mismo.
-¡No debo
abandonar mi balsa, mi trabajo, que me ha costado tanto hacerlo, porque además
seguro luego aparecerá otro río y la necesitare…!!!
Bueno,
convencido de que hacia bien, cargo con esa balsa pesada en sus espaldas por el
bosque asegurándose y aferrándose a la decisión de que debía seguir así hasta
el final.
Resulta
que la balsa cada vez se hacía más pesada y que el bosque cada vez se hacía más
frondoso y caminar así era muy difícil y complicado.
Y él
murió en el camino…
El joven
se debilito tanto con su convencimiento y torpeza, de que no debía dejar esa
balsa, que al final una noche murió bajo la lluvia destrozado por el cansancio
que ese bote de madera le había provocado en su largo y duro camino.
Su
rigidez mental por no deshacerse de su barquita y de su trabajo, y por el miedo
de que un río apareciera nuevamente, lo dejo sin vida y sin aliento apegado a
su convencimiento y aferramiento.
El mismo
se lapido con su apego y su forma de ver las cosas.
Sin darse
cuenta de que si hubiera seguido el camino solo, sin ese peso, hubiera sido más
flexible, menos pesado y más rápido…. ¡Y si un nuevo río hubiera aparecido en
el camino….!!!
“Su nueva
experiencia lo hubiera llevado a construir una nueva y mejor balsa en muy poco
tiempo…”
Hubiera
salvado su vida soltando y desprendiéndose.
Hubiera
salvado su vida Empezando de CERO.
by
AlbertEspinola | Reflexiones de Albert Espinola, Vida
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