martes, 1 de agosto de 2017

Innovación para el alma - Agosto 1

“Un Verdadero Líder, forma un buen Sucesor”

“Viéndole los hijos de los profetas que estaban en Jericó al otro lado, dijeron: El espíritu de Elías reposó sobre Eliseo”. Texto: 2 Reyes 2:15
En estos días he estado meditando sobre el valor que los líderes deberían de darle al hecho de formar un sucesor. Y es que la mayoría de líderes hoy en día no se preocupan en lo más mínimo de formar a alguien que pueda sucederlos en algún momento determinado.

Lo que sucede es que la mayoría no quiere que nadie lo reemplace, por eso hoy es común ver egoísmo ministerial, un líder ver que alguien se levantando y en lugar de apoyarlo, comienza a poner situaciones para evitar que lo sobrepase en capacidad y liderazgo. Es triste pero cierto.
El verdadero líder no es aquel que corta alas, ni aquel que corta troncos, sino aquel que siembra para cosechar. Un Líder de verdad es aquel que sabe muy bien que en algún momento ahuecará y por ello tienen que haber más que puedan realizar el trabajo que el realizaba.

Es importante que entendamos que no estaremos en el mismo puesto toda la vida, que Dios puede llevarnos a un Ministerio mayor o a otras áreas, pero mientras tanto, ¿Será que estas preparando un sucesor?

Y es que para la carne no suena muy lindo eso del sucesor, porque ¿A quién le va gustar que venga alguien que haga mucho mejor las cosas que el?, humanamente a ninguno nos gustaría, pero tenemos que aprender que nuestros discípulos tienen que llegar a ser mejores que nosotros, sino no fuimos buenos maestros.

Si algo siempre me ha gustado, es dar oportunidad para crecer a todo aquel que se lo merece, a todo aquel que a base de trabajo y esfuerzo es digno de obtener un mejor puesto. Y es que la justicia en ese ámbito es parte de mi formación ministerial, siempre he creído que la mejor manera de forjar buenos servidores es estar atentos a su crecimiento para darles oportunidad en el momento indicado.

Lastimosamente no todos pensamos así, hay muchos líderes y pastores que erróneamente se sienten intimidados cuando ven que alguien tiene más apoyo popular o que sus cualidades sobrepasan a las suyas. ¡Que error!, ¿Por qué me ha de intimidar alguien que es mejor que yo?, ¿Acaso no es esa la idea de nosotros los que de una u otra forma tenemos gente a nuestro cargo?, si esa no es tu visión, entonces creo que no eres un buen líder. Dime lo que quieras, excúsate en lo que más quieras, pero eso no evitara que sigas siendo un mal líder.

Amados hermanos y en especial líderes de Ministerios o Pastores, seamos conscientes que debemos formar a nuestros sucesores, puesto que Dios nos tiene preparados planes más grandes, ¿Pero que pasara el día que faltes?, ¿Habrá actualmente alguien que pueda tomar la batuta y seguir tu línea?

Hombres como Moisés supieron forjar un sucesor, como lo fue Josué, un Elí que forja a un Samuel, un Elías que pudo forjar a un Eliseo, nuestro Señor Jesús que forjo a 12 hombres durante su periodo de Ministerio y aun les dijo: “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque yo voy al Padre”. (Juan 14:12)

Qué lindo seria que cada uno de nosotros entendiéramos el valor de formar a personas que sean hasta mejores que lo que nosotros hemos sido en el Ministerio. No hay nada mejor que ver luego de un tiempo a aquellas personas a las cuales un día aconsejaste, guiaste y ministraste, ahora siendo lideres respectados con Ministerios hermosos de parte del Señor, es ahí en donde meditas y puedes decir con libertad: “Sin duda fui un buen líder”.

Seamos buenos líderes, forjemos a mas líderes, que nuestras congregaciones sean fábricas de líderes, que nuestro objetivo sea hacer mejores servidores y mejores líderes de los que nosotros mismos hemos sido. Ahí está el galardón del verdadero líder, en forjar más líderes que sean mejores que ellos.
¿Estas forjando a tu sucesor?, si no es así, ¿Qué esperas para forjarlo?

Autor: Enrique Monterroza

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