Todo principio tiene su
final y en esta ocasión me ha tocado llegar al final de una nueva etapa
de mi vida.
Me voy tranquila y feliz de sembrar en “otros campos”, porque la semilla que llevo dentro, es la semilla del
éxito y sé que mi nuevo norte me va hacer crecer más como persona.
Gracias a mi experiencia,
mucha de ella ganada en dicha Institución. He sido favorecida en este nuevo
desafío que estoy segura sabré cumplir a cabalidad como lo he hecho siempre.
Solo me queda dar un Dios
les pague a todos y cada uno de los que formaron parte de mi vida laboral, en
especial al servicio del cuarto piso de Maternidad, por todas sus consideraciones y
buen trato que siempre tuvieron para conmigo, y no podré dejar de lado a mi
gran compañera, Enid Amparo Blandón por su paciencia y aguante.
Por mi lado siempre estaré
agradecida por la confianza que pusieron en mi, pues fueron muchos años
de trabajo y lucha en la Clínica Universitaria Bolivariana con grandes logros y dificultades.
Rubiela Rincón Pérez
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