VOCACIÓN
MÍSTICA
Por
eso, tanto la piedra como el árbol y el pájaro, y sobretodo el hombre, tienen
vocación mística, pues son criaturas de amor. Su distintivo es el amor con que
su Creador los sostiene en la existencia.
La
vocación es llamamiento, y toda vida es vocación. Y la vocación, por ser
dinámicas, reclama cultivo constante.
A
semejanza de Jesús, todo ser humano está llamado a cultivar su relación de amor
con el Padre. Y esa es la oración: Él en mí y yo en Él. De esta forma, la oración resulta lo más
simple y profunda que puede darse. Pasarme minutos y horas con el solo
sentimiento: Él en mí y yo en Él. Él me ama y yo le correspondo amándolo.
La
oración con que puedo comenzar y terminar cada jornada. Cuanto más profundizo
en ella, más vivo mi vocación mística. Excelente meditación.
Hernando
Uribe Carvajal ocd.
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Les recordamos a
nuestros colaboradores la invitación a participar de este espacio de reflexión
que todos los jueves desde las 8: 30 a.m. en la capilla de la
institución. Brindamos a quienes deseen darse un regalo para su cuerpo y
para su ser.
¡Los esperamos!
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